Buena pregunta, ¿Por qué llevas tantos años, quizá hasta incluso desde los primeros años en el colegio, estudiando inglés y sigues sin lograr un nivel para poder defenderte o al menos tener algo de confianza?
Primero, en King’s Training vamos a explorar algunos de los factores que influencian el camino de aprender inglés o cualquier segundo idioma.
Edad: Los niños que ya tienen un dominio sólido de su idioma natal parecen ser los mejores en aprender un nuevo idioma. Alumnos con más edad MOTIVADOS pueden tener éxito también pero no deberíamos tener la expectativa de lograr un nivel nativo de pronunciación o entonación, pasado una cierta edad no es posible. En general adultos y adolescentes progresan más rápido si pueden utilizar el idioma A DIARIO en interacciones sociales, personales, profesionales, o académicos. ¿Cuál es tu motivación real en aprender? ¿Cómo puedes generar oportunidades de contacto diario que realmente disfrutes?
Personalidad: Personas introvertidas o ansiosas normalmente tienen un progreso más lento, sobre todo en la parte oral, ya que son menos propensos a aprovechar oportunidades de hablar o buscarlas activamente. En cambio personas extrovertidas, que no se preocupen por cometer errores y se lanzan a tomar riesgos, generan de por sí muchas más oportunidades para practicar. ¿Cómo puedes esforzarte para deshacerte del sentido del ridículo y lanzarte sin miedo? ¿Aprovechas cualquier oportunidad para hablar?
Motivación (intrínseca): Los alumnos que tienen curiosidad por el idioma, lo hacen por placer, realmente disfrutan del proceso y les enorgullece su progreso, tendrán mejores resultados que los que no. Cuando lo pasamos bien, somos más receptivos. El secreto de aprender rápido es en realidad permitirte aprender gradualmente, dominando los conceptos más básicos antes de aprender un montón de reglas avanzadas. Para estar motivado has de realmente creer que puedes aprender el idioma, quererlo y tener paciencia. ¿Cómo puedes pasarlo bien, sin prisa, enfrentándote al proceso con curiosidad, ganas y humildad?
Experiencia: Nuestro nivel de educación y experiencia nos influye a la hora de aprender. Un alumno que ha vivido en tres países distintos y ha sido expuesto a diferentes idiomas y culturas tendrá más facilidad. ¿Cómo puedes generar experiencias en tu día a día, o mediante viajes, que te sirvan para enriquecer el proceso de aprendizaje y motivarte?
Cognición: En general parece ser que alumnos con mejores habilidades cognitivas (inteligencia) progresarán más rápido. El notable psicólogo del desarrollo Howard Gardner propone que hay ocho tipos de inteligencia y uno de ellos es la inteligencia lingüística. Personas con este tipo de inteligencia aprenderán más rápido que otros, pero si conoces tus tipos de inteligencia (tus puntos fuertes) podrás conocer la mejor manera de aprender para ti y al aplicarlo mejorar tu rendimiento y así tu motivación. También es interesante destacar que la inteligencia o aptitud del alumno pueden tener papeles mucho menos importantes en situaciones de aprendizaje más centrados en la comunicación e interacción, cuando se enfoca más en el significado que en la forma. ¿Qué puntos fuertes o inteligencias tienes? ¿Cómo aprendes mejor? ¿Qué técnicas o actividades realmente funcionan o son motivadores/interesantes para ti?
Idioma natal: Alumnos que están aprendiendo un segundo idioma similar a su primer idioma en general lo tendrán mucho más fácil. Será más fácil para un Español aprender Italiano que Chino por ejemplo. Hay estudios neurológicos que muestran que cada idioma se aloja en una parte distinto del cerebro, delante está el inglés y detrás está el español. Cuanto más recorremos el camino entre los dos, haciendo conexiones lógicas (caminos neuronales), más automático o fácil será. ¿Qué hay en común entre los dos idiomas? ¿Cómo puedes enlazar estas dos partes del cerebro al aprender conceptos nuevos?
Programa de formación o curso: Es importante que cualquier experiencia educativa sea adaptada a tus necesidades individuales. No todos los tipos de clase o programa formativo valen para cualquier persona, sobre todo si tomamos en cuenta la teoría de la existencia de múltiples inteligencias. Veo a menudo dos tipos de alumnos en España, primero los que están algo traumatizados por el estilo de aprendizaje del colegio y no quieren tocar más gramática ni hacer ejercicios ni trabajar con libro, sólo quieren conversación; y otros alumnos convencidos de que la mejor manera de aprender es como en el colegio, con pupitres, ejercicios y libros. En mi opinión ambas posturas bloquean el proceso de aprendizaje. Hace falta un programa variado y equilibrado que toque todos los elementos del idioma, técnicas y habilidades de manera amena y motivadora adaptados a las capacidades de cada alumno. Ponte en las manos de profesionales y déjales enseñarte, no te pongas bloqueos basados en experiencias pasadas y confía.
Profesores: Tu profesor y su habilidad de proporcionar experiencias educativas adecuadas y efectivas también tiene que ver con la rapidez o lentitud de tu progreso. Alumnos que tienen éxito en aprender no son fuertes necesariamente en todas los componentes de aptitud (algunos pueden tener buena memoria pero son regulares en identificar reglas gramaticales). El profesor ha de identificar las aptitudes de cada alumno y moldear el programa alrededor de ello. Muchos alumnos tienen una idea muy equivocada de su nivel y exigen ajustes en su formación que a veces no coincide con la realidad o el mejor sentido pedagógico. Confía plenamente en tu profesor y sé abierto y honesto con él o ella sobre tus dudas, preocupaciones o deseos pero al final deja que el profesional te guíe en tu aprendizaje. Si no tienes esa confianza, mejor cambiar de profesor o programa.
Cultura, género y estatus: Existen múltiples estudios sobre el papel de la cultura, el género o el estatus socio-económico como influencia en el proceso de aprendizaje pero realmente creo que es una simple cuestión de actitud, sobre todo a la hora de aceptar y disfrutar de ser un principiante. Sólo porque hemos visto el pluscuamperfecto en el colegio no quiere decir que seamos comunicadores avanzados y que podamos producir, sin pensarlo, construcciones básicas perfectas y fluidas. Una cosa es reconocer una construcción gramatical y otra cosa es poder utilizarla en situaciones de comunicación correcta y naturalmente.
En nuestra sociedad tu persona, tu forma de hablar y capacidad de convencer, tu riqueza de vocabulario y nivel de educación o títulos te pueden aportar un cierto estatus o hacer que te respeten pero la dependencia de esto para tu autoestima te frena en una clase de idiomas. Cuando hacemos ejercicios en clase de hablar en parejas o hacemos una redacción, hay algunos alumnos que se empeñan en preguntarme como se traduce algo (muy elocuente y bien expresado) en inglés y mi respuesta es: usa las herramientas de las que actualmente dispones. Acepta que eres principiante y disfruta del proceso, juega, experimenta, comete errores, ríete y aprende.
Otros alumnos, al hacer la prueba de nivel y conocer los resultados, se decepcionan y comentan que ya han cursado el nivel quizá múltiples veces. No te obsesionas por el nivel numérico de inglés que te asignan, es un número que realmente no significa mucho, lo importante es tu relación positiva con la experiencia educativa y el avance en la comprensión, confianza y la soltura.
Motivación (extrínseca): Los alumnos pueden tener una gran motivación personal intrínseca pero es igual de importante que los profesores u otras personas influyentes en el proceso de aprendizaje animen de manera adecuada y constante a cada alumno. Han de conocer al alumno, sus puntos fuertes y débiles y premiarles o elogiarles los esfuerzos reales y los logros en cada paso.
Acceso a inglés real y cotidiano: Hay áreas básicas de aprendizaje a cubrir en un idioma para poder progresar de un nivel a otro, por ejemplo: gramática, vocabulario, expresión escrita, comprensión de textos, expresión oral, pronunciación y entonación.
Pero existen otras áreas que quizá no son tan tangibles y que hace falta asimilar para ser un usuario completo del idioma, como por ejemplo:
Al contrario de lo que algunos piensan, no es imprescindible tener un profesor nativo para impartir las áreas básicas de la formación que se cubren en una clase (gramática, vocabulario etc.). En muchos casos los profesores no nativos son incluso mejores que los nativos porque tienen mucho más conocimiento teórico del idioma y saben impartirlo. Pero sí hace falta tener contacto regular con el mundo de inglés real o nativo para poder absorber los conceptos más abstractos como la cultura, el humor o el lenguaje corporal.
Como hemos comentado antes, cada idioma ocupa un lugar distinto en el cerebro y con esto, cuando aprendes un idioma nuevo estas desarrollando una parte nueva de ti. Para realmente lograr ser un usuario completo de un idioma, has de salir de tu zona de confort, dejar de lado tus creencias y tu personalidad y crear un nuevo ¨tu¨ en ese idioma, quizá hasta incluso con un tono de voz distinta, un humor distinto y desarrollando una personalidad diferente. Ábrete y experimenta.
La amígdala es uno de los centros del cerebro que controla las emociones y las estimulaciones desde la agresión hasta la sexualidad. Debido a su función y control, participa en la formación de la memoria a largo plazo, que es muy importante en el aprendizaje de un segundo idioma. Si tenemos miedo, estamos estresados, ansiosos, incomodos o aburridos, la amígdala manda señales al cerebro que bloquea el proceso de aprendizaje.
Es importante que cuando nos pongamos a aprender estemos relajados en un ambiente donde nos sentamos cómodos, libres a expresarnos sin miedo a cometer errores y que lo estemos pasando bien.
Aprender un idioma no es lo mismo que realizar un curso de Excel. Requiere una metodología y un trato de los alumnos absolutamente distinto a cualquier otra materia y no hay atajos ni fórmulas mágicas que valgan. Requiere horas de contacto real en clase, horas de dedicación personal en el día a día y mucho reciclaje de conceptos en la memoria a corto plazo para que se quede finalmente en la memoria a largo plazo.
Leí esto una vez, y estoy convencida que es así, que un alumno que sólo viene a clase y hace los deberes tiene una retención garantizada de sólo 25%. En cambio un alumno que asiste con regularidad a clase, hace los deberes, repasa los conceptos cubiertos en clase y aparte busca oportunidades de uso y contacto regular fuera de clase (quizá relacionado con sus aficiones e intereses personales) tiene una retención garantizada del 75%.
Los departamentos de Recursos Humanos de las grandes multinacionales utilizan una fórmula para la asimilación de nuevas materias en el ámbito laboral, como por ejemplo Gestión del Tiempo, Negociación, Excel etc. Se llama 70 – 20 – 10 y cada número representa un porcentaje del camino de aprendizaje de una nueva materia.
Cuando yo aprendo una palabra nueva en español, como vivo en España, de repente esa palabra aparece en mi vida cotidiana en todas partes donde antes la ignoraba. Esto lo llamo el ¨eco en tu día a día¨ y sirve para contextualizar ese nuevo vocabulario, aportar el reciclaje necesario en la memoria a corto plazo para poder llevarlo a la memoria a largo plazo. Esta oportunidad no existe para alumnos de inglés que están aquí en España y precisamente por ello has de crear tú mismo ese ¨eco en tu día a día¨ buscando el contacto y uso constante del idioma de todas las maneras posibles. Dejar de ver películas dobladas, leer libros cortos y sencillos en inglés, ir de vacaciones a países nativos, tener amigos de habla inglesa o apuntarse a un club de intercambio, ver Ted Talks… hay miles de maneras pero has de buscar las que realmente te parecen interesantes y divertidas, ser un mártir bloquea el aprendizaje. Y yo diría que después de todo esto, o paralelo a ello, es imprescindible hacer inmersiones en el extranjero.
Hay muchos factores internos y externos que pueden facilitar o ralentizar el camino de aprender un segundo idioma y no hay fórmulas mágicas ni una solución que valga para todos. Lo que está claro es que sólo acudir a clases, aunque sea con 100% de asistencia, no garantiza el éxito.
Muchos españoles se encuentran en el eterno B1 (nivel intermedio) y no anotan un progreso más allá precisamente porque su formación consiste en pocas horas a la semana con una asistencia intermitente, estudiando una época si y otra época no y les falta completar su educación formal con lo informal, fuera del aula y buscando oportunidades para la aplicación práctica (interesante y divertida) en el mundo real.
Por otro lado hay que darse cuenta que nuestro estado mental, emociones, actitud y motivación (sobre todo intrínseca) son elementos claves en nuestro progreso. Cuando nos aburrimos, estamos estresados o tenemos ansiedad no aprendemos.
Por supuesto necesitamos un buen profesor y un buen programa de formación adecuada a nuestras necesidades. Pero igual de imprescindible es que seamos humildes, estemos dispuestos o cómodos con el hecho de ser principiantes y que sepamos disfrutarlo. Tenemos que estar abiertos a pasarlo bien y estar abiertos a jugar, tomar riesgos y cometer errores. No es suficiente motivación necesitar el inglés para el trabajo o el currículo, necesitamos buscar la manera de que nos interese realmente a nivel personal que nos inspire ganas y curiosidad.
Ánimo, sí que puedes, pero sólo si quieres.
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